¡90 años con Popeye!
El 17 de enero de 1929 Popeye hacía su primera aparición en las viñetas, como personaje secundario de Thimble Theatre. Su autor, E. C. Segar, ante el éxito que le dio este personaje después de dar el salto a la animación acompañado por Betty Boop, decidió que merecía sus propias tiras. Así nació Popeye the Sailor, la serie de tiras que lo lanzó al estrellato y lo convirtió en un icono de la cultura popular, tanto que durante la Gran Depresión en Estados Unidos se disparó el consumo de espinacas.
Después de la muerte de Segar en 1938, pasó por manos de varios guionistas hasta que tomó las riendas Bud Sagendorf, que se ocupó de dibujar las tiras hasta 1986, y luego le sustituyó Bobby London hasta 1992. El caso de Sagendorf en España es curioso. Se convirtió en el autor de Popeye más exitoso en España aunque con un recorrido que le tuvo en la sombra durante mucho tiempo: se editaron sus obras haciendo reinterpretaciones de sus ilustraciones y las portadas originales, y no se le mencionó por ninguna parte durante diez años. Por suerte, en los años 60 empezaron a publicarse sus trabajos con su firma y por fin se popularizó su obra.
Andrés Pérez Fernández, traductor de muchas historias de Popeye y experto en su figura, nos ha ofrecido, además de la información anterior, este texto recopilando leyendas urbanas para celebrar esta ocasión:
Hoy, jueves 17 de enero, Popeye cumple 90 años de vida sobre el papel impreso. Los medios de comunicación ya se han hecho amplio eco de este aniversario. Han aprovechado que con tan solo una semana de diferencia el célebre reportero belga cumple los mismos años, y han metido a los dos en el mismo saco para quitarse de un plumazo ambas efemérides. Como siempre, siguen dando datos espurios de ambos personajes que se repiten de aniversario en aniversario y, como siempre, Popeye se lleva la peor parte. Como se dice el pecado pero no el pecador —aunque no hay medio que se salve— me limitaré a mencionar las leyendas urbanas más comunes que hemos vuelto a oír en estos días:
Popeye consigue sus «poderes» frotando la cabeza de Berenice, la gallina mágica: en realidad, Popeye, al igual que Castor y los otros protagonistas, frotan la cabeza de Berenice «la gallina de la suerte» para que les de suerte; su fuerza, en cualquier caso, le viene de serie y no está relacionada con este animalito.
El gobierno de los EE. UU., los productores de los dibujos animados o el gremio de agricultores especializados en la siembra de espinacas (esto va según las versiones) fueron los culpables de que Popeye dejase en paz a las aves ponedoras y se tornase vegetariano: Popeye confiesa que su fuerza le viene por consumir espinacas en la tira de prensa del 26 de junio de 1931 y los dibujos animados empezaron a producirse a finales de 1933. El gobierno de EE. UU. estaba más ocupado en derogar la ley seca para recaudar todos los ingresos que se le escapaban durante la Gran Depresión, que iban a parar a manos de los bootleggers y otros gánsteres, que de lo que ocurría en los cómics de prensa.
Esto nos lleva a la asignación errónea de esa época sobre la cantidad de hierro que llevan las espinacas que tanto ha cacareado la prensa. Lo cierto es que las espinacas, aunque tengan menos hierro del que se pensó inicialmente, sí que son riquísimas en vitamina K, que evita que los osteoclastos destrocen nuestros huesos. También poseen flavonoides, que son buenísimos para evitar el cáncer de próstata y nos ayudan a mantener a raya los problemas cardiovasculares.
Popeye tenía razón: hay que comer verduritas. Y mientras lo hacemos, tenemos gracias a Ediciones Kraken una oportunidad de oro para leer a Segar, a Bobby London y a Bud Sagendorf, y descubrir realmente quién es Popeye el marino mientras nos reímos a carcajadas.
Para celebrar este noventa aniversario, publicamos recientemente las mejores historias de Bud Sagendorf con una excelente traducción y un epílogo con más curiosidades interesantísimas sobre la historia de Popeye en España, con imágenes de comic books y juegos de los años 40 que Andrés Pérez Fernández nos cedió de su colección privada. Además, tiene una introducción con más historia sobre Popeye en la que se puede descubrir mucho de este emblemático personaje que con sus 90 años sigue atiborrándose de espinacas y fumando de su pipa.
¡Sopla y resopla!