En 2016 se cumplieron setenta años desde que Maurice de Bévère, ‘Morris’, creara a Lucky Luke. Un personaje de referencia y un clásico del cómic por derecho propio. Nació como una parodia del género western y terminó convirtiéndose en una influencia. Debutó en el Almanaque de 1947 de la revista Spirou con la historia «Arizona 1880» y tuvo un éxito inmediato.
Desde entonces diferentes guionistas y dibujantes se han hecho cargo de la historieta; sin embargo, su etapa más recordada comenzó en 1956 cuando Morris se unió al guionista René Goscinny, creador de Astérix, para escribir diversas historias que pronto se hicieron muy conocidas. Tras la muerte de este último, Morris trabajó con otros guionistas tales como Bob de Groot o Claude Guylois. Morris continuó dibujando la historia hasta su muerte en 2001 y desde entonces Achdé ha continuado la serie.
Por otra parte, Lucky Luke no fue el único que se hizo famoso. Todos recordamos a los personajes que lo acompañaban en su aventura: Jolly Jumper, su incondicional e inteligente caballo; Rantanplán, el perro más tonto que luego tuvo su propia tira cómica; los hermanos Dalton, cuatro gemelos que eran sus eternos enemigos.
Para celebrar este aniversario de Lucky Luke se le ha encargado a Matthieu Bonhomme un álbum llamado El hombre que mató a Lucky Luke. Bonhomme ya ha trabajado con el género pues ha trabajado con Texas Cowboy junto a Lewis Throndheim. Él mismo ha afirmado ser un seguidor de la serie y haber incluso aprendido a leer leyendo sus aventuras. A pesar de introducir un estilo más realista a la tira, este homenaje ha sido recibido muy positivamente. Asimismo, se ha lanzado un nuevo álbum de la serie clásica de Lucky Luke dibujada como siempre por Achdé pero con un nuevo guionista, Jul.
Por último, cabe destacar la inauguración de la exposición El arte de Morris, que se ha presentado en el último Festival de Cómic de Angulema en el que se rinde homenaje al autor y a su personaje. Muestra que no solo permanecerá en Francia, sino que recorrerá otros países europeos.